Poemas e imágenes: Existencialismo a mitad de tarde

Poemas e imágenes: Existencialismo a mitad de tarde

lunes, 20 de diciembre de 2021

Sobre el cambio y aquello que no se puede expresar.

 Mientras intento soltar lo que siento para perdonarme por lo que soy, me doy cuenta que quererme o cuidarme no significa tener siempre la razón. Pues, es ahora con tu distancia que me doy cuenta que siempre llevaré en el alma penas y muerte a menos de que estés junto a mí. 

Día tras días pretendo verme completo y al brindarme sonrisas en el espejo me doy cuenta que nada ha cambiado. Profundamente me encuentro sin poder vivir conmigo. Levanto los brazos para encontrarme con la frialdad de Dios, con su inaceptable paraíso, con su condescendencia disfrazada de misericordia. 

No puedo expresar realmente lo quebradizo que es mi andar. Mis atisbos de integridad se resumen en inestables cambios y de momento pienso que estoy muriendo ahogado en autoestima y simpatía sintética. 

Sostengo el miedo de edificarme junto a ti. Veo un umbral de impulsos en el que me veo tentado a saltar, donde hallo más cercano lo inusual que lo verdadero. Una vida llena de ficciones creadas por el insoportable proceso de estabilidad y pierdo los sentidos ante el miedo de no fallarte, ante la imagen que se construye de mí en tus ojos cuando no sé qué hacer, de esas imágenes que resuenan en mi corazón con el paso de los días. 

Eres tú un sentimiento absoluto que hoy busco me apague el ego y me bañe en su perdón, para encontrarme con un despertar libre en que las causas borren la noche y que tu amor me sustraiga el cuerpo y me ponga en donde pertenezco. Estoy perdido, ¿aún hay flores en tu jardín? 


Con amor y vergüenza, para bbchiis. 

miércoles, 14 de agosto de 2019

Offret (Texto completo)

Me encontraba descansando la cabeza sobre mi brazo al borde del escritorio. Había sido un día pesado, lleno de la agobiante incertidumbre que hizo nido en mis encías y me obligaba a apretujar los dientes con la intención de que mostrara aquel fementido número once que adornaba mi mascullada risa.
Entreabrí los ojos y me di cuenta que ese estado corrompido y beodo era resultado de esa voz que en mi cabeza sonaba como un eco distante y melancólico, constante e innecesario. Creada por la dependencia y la falta de sosiego, que mi condición me obligó a considerarla como algo fundamental.

— Me encanta todo lo que dices, me hace sentir de verdad. Dejo de ser un muñeco de trapo y me convierto en ti por instantes, siento que el mundo se hace chiquito y me cabe en la palma de la mano — Recuerdo haberle dicho casi con lágrimas en los ojos, al borde de la avenida un segundo antes de cruzar.
— Me duele nunca poderte decir de verdad cómo percibo la vida a tu lado, me quedo mudo y, lo único que tengo es el consuelo de tratar de imitar con mi silencio un poco de eso que me das. Es una catarsis, una debilidad, una impotencia irrevocable. Y, mis ojos no son lo que deberían, pues, te miro mucho pero no te comprendo y al cerrarlos, me empiezo a sentir solo, ya que tu silueta marcada sobre ellos me hace sentir que el universo está dentro de ti. Quiero que te sientas bien, que descanses, que te sientas querida, esperada, añorada, nunca perdida ni fatal.
Tu ausencia pesa en los párpados que al chocar entre sí, me recuerdan que no eres pasado, presente ni futuro, eres un instante y me estoy perdiendo todo de ti.
Quisiera poder cerrar los ojos y aparecerte entre mis brazos que te buscan al sentir que te han perdido, que duelen y queman con desesperanza. Me pone melancólico no estar contigo.

— Somos instantes, donde solo existe el ahora y el aquí -- Me respondió con su voz en mi voz dentro de mi cabeza.
— Quisiera estar entre ellos, que no te duelan ni quemen. Abrázate a ti mismo que estoy en ti. Debo de admitir que aunque no quisiera fuese así , a mí también me invade la melancolía al no estar contigo. Quiero perderme en tus ojos. Quiero aprender a quererte como si fuera yo sorda, ya que no es lo que dices, no es tu voz, es solo el sonido que emites, ese que tú tienes. Por eso hay veces en las cuales hago caso omiso y te me quedo viendo pues solo escucho tu sonido; como si fuera ciega. Es por eso que me entrego tanto al sentirte, como si fuera muda. Es por eso que no siempre digo las cosas, ya que no quiero hacer de lo que siento una sola costumbre hablada.
Me agrada que te encante lo que soy, como ya te lo he dicho, estas palabras más que mías son tuyas. Tú las haces sentir, tú las creas en mí.

Tan patéticos y tan románticos, ¿qué será de aquellos que nunca han experimentado un sentimiento tal cuál? Alguna vez leí que el amor es como un reloj de arena pues, se te va vaciando la cabeza y se te llena el corazón. La verdad, nunca lo había entendido y al escucharlo, no pude sino reír. Qué tonto fui al comerme mis carcajadas.

— Me haces tanta falta, siento como poco a poco la vida se me escapa, el tiempo se pierde, la sangre me fluye sin sentido. Probablemente exagero pero, si yo no sé, ¿tú como sabes? Por favor, ven pronto, los insectos se están adueñando de mi interior.
— Si alguna vez me haz de matar, por favor, hazlo rápido y sin piedad.
— No, no te quiero llorar pero tampoco seguir sintiéndome así tan lejos de ti. Habrá que vernos más, hacer más cosas, conocernos, conocer el mundo juntos.
-- Hacer un mundo juntos,quizá. Vivir la libertad de uno, mostrársela al otro y que ambos disfruten de la del otro y crear una en común.

Esas últimas palabras son las que enajenan un poco todo esto que de momento me puse a recordar. Sonaron tan bonitas, tan originales y se siguen sintiendo como tal. Recuerdo que sentados en una banca mientras veía el ocaso las pronunció. Mas tarde, me las fui a encontrar en Pinterest. No sé si fue gracias a ella o simplemente las fue a sacar de allí.

— Te encontré como agua en un desierto. En mi lecho de dicha y de bondad, siguiendo tus pisadas en mi memoria fue como encendí la luz para admirar el jardín que por años te estuvo esperando. Tu voz me atormenta, su distancia se siente como un golpe bajo la lluvia ardiente en que la muerte exaspera mi rostro.
— Recuerda que yo estoy tomando el riesgo. Yo sigo aquí y aquí seguiré a pesar de saberte como tal. A pesar de que te he visto caminar por el filo de la navaja y derramar sueños, perder trayectos y virtudes. Si te gusta afirmar que estás solo hazlo, la verdad ya no me molesta ser nadie, aunque me gustaría ser alguien. Recuerda que eres tan fuerte como quieres, eso depende de ti. Si algo he aprendido de mi lamentable vida en el hospital... mi enferma vida, ha sido eso, de otra forma ya estaría muerta. Es por eso que quiero que tú me mates si es que te parece, pues así debe de ser. Solo haz lo que quieras, lo demás ¿para que? Solo lo que quieras si está bien o mal para ti, si está bien o mal para otros.
Ricardo, no conozco tu vida ni tus ayeres, no sé por qué ahora eres lo que eres y no me importa si nunca lo sabré... no sé qué tanto menoscabo te ha dado tu existencia, pero sé que existes. No huyas de la soledad, si anda tras de ti, deja que llegue. Es mejor eso a vivir toda la vida huyendo y corriendo y alterar todos tus demás sentires. Quizá te enamores de ella o ella se aburra de ti.
— Si no lo hiciera, no te diría te quiero. ¡Te quiero!

Justo allí fue cuando desperté, cuando abandoné al ser absorto que me estuvo arrinconando y me llevó a donde no quería estar. Allí me di cuenta que no tenía absolutamente nada por qué preocuparme, de que sería el fracaso del mundo. Que aún y cuando tengo mucha fe en el amor y la dicha, en esas cosas pintorescas y falto de ecuanimidad, sé que todo termina y por siempre se irá, sin importar cuánto duela.

jueves, 18 de enero de 2018

Louréne

Extiendo el tiempo que me has dado
y simplemente me dejo ser.

Levanto los brazos y acaricio las nubes
mientras cubres tus manos con mi rostro.

Observo de lejos el amor
observo cómo crece y se fortalece
bajo nuestros ya cansados huesos

Tus ojos revelan al hombre
aquel que parte la eternidad
ese que distingue entre el antes y el después
de ti, de todo.

Todo comenzó al despertar
casi al final de un ciclo más
entre naufragios iridiscentes e inconclusos.

Estamos cerca
mente, corazón y espíritu
estamos cerca
ko ko ro.

martes, 1 de agosto de 2017

¿Qué podría ser peor?

¿De qué maneras podría dolerme más?
Todo es sobre ti, sobre la manera tan perfecta en la que te cohíbes en tu odio e inmediatamente dejas de sentir.
Son las maneras en las que haces el bien a base de muchos males,
tu miedo de lastimarme que te orilla a mentir, ese que me facilita escribir de desamor, de desdichas reales que suelen reemplazar los sueños que atraviesan mi pecho.

Se nos hace fácil asumir la historia y manejarla tal cual es que adoptar una realidad diversa, movernos a un segundo plano y vivir en la alterna.
Son pequeños momentos los que le oprimen la cuerda a mi moral sofocándola de poco en poco hasta que pierde la cordura y habla con desatino.

Hoy, ya no veo otra cosa más que una infinita sucesión de granos de arena que intento desplazar uno a uno para encontrar la luz.
Abatido en el desengaño, allí a millones de kilómetros bajo la arena esperando despertar para encontrar todo como lo hemos dejado; imperfecto.

He visto hombres morir brutalmente, los he visto humillados por todos los males posibles, pero nunca pensé estar entre los condenados perpetuos.
Nunca pensé ser asesinado por el recuerdo de una sonrisa en la imperfección del infierno.

Aquí no hay otra cosa más cercana a la caricia de Dios que la muerte.

viernes, 14 de julio de 2017

Marzo 28, 2012

Yo podría haberme enamorado contigo y de ti,
cerrar mi ojos convirtiéndome en la tierra.

Ser otra cosa,
dejar que este viejo corazón enfermarse
para mantener tus historias con ritmo.

Seguir hundiendo tus secretos en el aire.
Mantenerlos completamente pusilánimes.

Encogiendo su miedo,
sin saber
si han de morir o vivir para siempre.

miércoles, 12 de julio de 2017

Siempre que hablo contigo acabo muriéndome un poco más.

Quítame el cuerpo en una noche de muerte con tu malevolencia,
arde con amor entre lagrimas,
y ataca mis leyes; atestigua la gloria.

Volviste al recuerdo y caí herido de muerte,
fue el efecto enérgico y bizarro de la bebida que se rehúsa a aliviar.
Materia oscura, marchita, melancólica, ceñida, partida, bella, danzante, recostada, inexistente, sangrante, creciente bajo las uñas, desierta, caliente, perdida; ¿Por qué no estás conmigo?

martes, 11 de julio de 2017

ΙΗΣ

La sangre se hace nudo en mis pesadas aberturas, negando la entrada de la estrepitosa luz que se avecina con afán para acercarme a la cordura de tu cuerpo compartido.
- Soy mi propio Dios - Me repito hasta el cansancio. Muerto, atravesado lateralmente por tus mentiras que me conducen a 3 días de oscuridad para luego verme renacido como un virus inmóvil perpetuado por una aventura subjetiva mostrada en afección.
Me aproximo hasta la entrada, temeroso de encontrarme con el mundo que he abandonado anteriormente a causa de dolores poco pensados, inmerso en un deseo de juntarnos sin final. Absurdo y patético, malgastando mis pocas horas antes de adentrarme a la enredadera en que encontraré mi perdición. Recolectando las sobras de emociones pasajeras, confundidas más de una vez con amoríos verdaderos, solitarios una vez más.
La consistencia empolvada, maltrecha por azares y palabras endocrinas arraigadas en tu pútrido núcleo de vida. ¿Qué está mal? - Y te callas - ¿Cómo que qué está mal? - Creciendo con tensión dentro de un caparazón sin vida, indispensable para la generación de seguridad y vileza característica en una apología repetida en diferentes locaciones. Un concepto resaltado de una nada prominente, helando mis pocas células acreedoras de pudor.
Me imagino feliz para luego concebirme en un vacío hocico venéreo supurante de materia fecal. Sin igual, y con descompostura, deseoso de enamorarme decepcionantemente de tu sombra acremente, venerando tus altares en donde deseo sigiloso rebozar mi ungüento y sanarme por ti.
Espiritualmente absuelto pensando que algún día podré ser intrínsecamente; de ti.